Mi resumen del 2022

Inicié el año con un mapa de sueños enfocado en evolucionar como ser humano, en conectar más conmigo misma, en sanar desde lo más profundo de mi ser, no tenía sueños tangibles físicamente, solo puse palabras como sanar, amor, conectar, flexibilidad y amistad. Ahora entiendo que hay que tener cuidado con lo que se pide y se manifiesta, porque el Universo me entregó justamente eso que plasme en esas imágenes, una de las más representativas es la que puse en esta entrada, para mí significaba renacer, evolucionar como las larvas que se convierten en mariposas y justamente eso ocurrió.

Experimenté el túnel más duro que he vivido hasta ahora, todo lo que estaba estable en mi vida se desmoronó, todos los sueños desaparecieron, mis miedos dominaron mi vida y mi fuerte se derrumbó por completo. Aprendí que no hay que hacer promesas para siempre, que evitaré usar las palabras “siempre” y “nunca” porque son extremos innecesarios y menos decírselas como promesa a alguien más, prometer estar en el futuro es dañino para aquellxs que creemos en las palabras de lxs demás, y que irse a tiempo requiere valentía a pesar que el/la otrx no lo entienda. Todxs actuamos como creemos es lo mejor para la situación que estamos enfrentando, y claro que nos equivocamos cada unx está entendiendo la realidad desde sus propios ojos.

También aprendí que amar es fácil si lo comparas con perdonar, el perdón es de los actos más sublimes del corazón y cuesta tanto que preferimos no hacerlo. Entendí que absolutamente todxs somxs humanxs con luces y sombras, lxs iluminadxs llegaron a ese nivel después de haber recorrido túneles oscuros, infiernos despiadados y entendiendo que es parte de esta experiencia, ser polaridades andantes que no tenemos la potestad de juzgar a otrxs porque somos lo mismo en diferentes formas.

Interioricé la soledad como un estado celestial del cuerpo físico para re-conectar el alma con el origen, con su esencia mágica hecha de polvo de estrellas, aprendí a entenderme, leerme y poner límites claros de forma asertiva, estoy aprendiendo a transitar las emociones desde la razón y sin dejar penetrar al corazón, también estoy en el camino de expresarme con más claridad y a retirarme cuando aún puedo hacerlo caminando. También me abandoné varias veces por intentar agradar o pertenecer, me dejé de últimas para darle prioridad a otrxs, insistí, exploté, reflexioné y lloré mares, todo al mismo tiempo. Pero gracias a ello hoy soy una mejor versión, estoy viviendo una vida en calma, tranquilidad, aceptando cada emoción cuando llega y permitiéndole estar lo que tiene que estar.

A mitad de año volví a construir un nuevo mapa de sueños, cuando me di cuenta que me había enfocado con toda en el interior, en lo espiritual pero seguimos siendo terrícolas, pertenecientes a este planeta así que en medio de una crisis de depresión con episodios de ansiedad, cuando mi cabeza me decía que era una fracasada y que no era lo suficientemente buena para ser contratada o amada, logré volver a soñar, volver a plasmar eso que había imaginado pero que dudaba era capaz de alcanzar. Con mucho amor propio, mucha paz, mucha calma, aceptación, meditación, antidepresivos, una psiquiatra y una psicóloga y recordando el plan divino que escribí antes de venir a la Tierra, salí victoriosa.

Mucho se ha dicho alrededor de soltar algo o alguien para recibir multiplicado y lo experimenté, hoy estoy rodeada de personas maravillosas, de ángeles humanxs que me resetean la vida cuando se pone intensa, entendí que el amor va más allá de una pareja y que puedes sorprender y dejarte sorprender por tu familia, tus amigxs, incluso tus compañerxs de trabajo. Mientras se caían muchos muros de mi mente limitante, fui descubriendo que agradecer es el acto más abundante que unx puede hacer por unx mismx. Fui humilde (me costó) en aceptar mi terquedad, negocié con mi ego y me entregué por completo a ese proceso de metamorfosis que había pedido, entendiendo que duele hasta los tuétanos pasar de larva a mariposa.

Abracé la soledad no desde la resignación si no desde la libertad y el regocijo de pasar tiempo conmigo misma, soy una chimba, conecté con mi propósito divino y acepté que todo absolutamente todo es posible pero no tiene que pasar ya mismo, somos enormes, magníficxs, majestuosxs, infinitxs, podemos ser tantas cosas que no deberíamos limitarnos, minimizarnos en profesiones o estados inamovibles, somos todo, algunas veces desde la disciplina y la estructura y otras sencillamente desde la espontaneidad y la diversión.

Hoy abrazo esta vida que elegí, a pesar que en el proceso estuviera a punto de renunciar, hoy me abro a recibir todo lo que Dios/el Universo/lo Superior me quiera dar por añadidura, vivo la vida de mis sueños, esos sueños que regresaron en medio de tantas lágrimas, temblores, y falta de apetito, pero es parte de mi evolución que hoy me permite sentirme plena y disfrutando todas mis elecciones incluidas esas que me volvieron añicos.

Alguien me preguntó ¿qué cambiarías de tu pasado? Yo respondí nada, él me dijo es imposible todxs queremos cambiar algo, le dije algunxs entendemos que todo ese pasado nos trajo hasta este momento presente que en mi caso es mi mejor presente. Gracias 2022, me dejaste siendo una mejor persona, estoy orgullosa de mí y de haber entendido, así hubiera sido con estrellones, que todo fluye, todo cambia, todo es impermanente, todo evoluciona, nada es estático, hay cambios sucediendo ahora mismo a diminuta escala en nuestro cuerpo, afuera, en la naturaleza, en la partícula más pequeña del Universo y lo mejor que podemos hacer lxs humanxs es adaptarnos como lo hace el agua siguiendo su flujo, colándose entre rocas o llenando recipientes.

¡Welcome 2023, ya tengo preparado mi mapa de sueños! Ustedes armen el suyo porque con el mapa claro, la ruta se va armando más fácil.

Con AMOR Gerald 🙂

Leave a Reply